En la era de la tecnología, en donde se está obligado a saber usar un computador, Internet y programas especiales para los distintos tipos de trabajos, el que se queda atrás, lamentablemente pierde.
A principios de las años 90’, los especialistas en este tema, dijieron que la sociedad se encontraba en una “época tecnológica” llamada: Web 1.0. En donde las distintas páginas de Internet, o Web, comenzaron a usar más la integración del usuario al medio, por ejemplo en las páginas de los canales de televisión, en las que se empezó a usar un sistema llamado flash, que consiste en que los usuarios pueden meterse a ver el segmento que ellos quieran de algún programa cualquiera. También salieron programas como el ICQ o MSN, con los cuales las personas podían comunicarse con otra, que se encontrara en cualquier parte del mundo, haciendo de este medio una vía de comunicación importante. Sin embargo, en el año 2000, los especialistas vieron una evolución en la era tecnológica, a la que llamaron: Web 2.0, que es en la que estamos hoy.
Pero, ¿ qué es la Web 2.0?
Según Christian Van Dre Henst S. la Web 2.0 es “la representación de la evolución de las aplicaciones tradicionales hacia aplicaciones Web enfocadas al usuario final. El Web 2.0 es una actitud y no precisamente una tecnología. Es la transición que se ha dado de aplicaciones tradicionales hacia aplicaciones que funcionan a través del Web enfocadas al usuario final. Se trata de aplicaciones que generen colaboración y de servicios que reemplacen las aplicaciones de escritorio“.
En el fondo, lo que quiere decir, es que cada vez más, hoy, las generaciones conocen y manejan los asuntos de Internet. Son más participativos hasta creadores. De hecho, en educación se enseña desde pequeños a usar los medios que ofrece Internet. Es por esta razón, que una de las páginas más visitadas en el mundo es youtube, en donde es la misma gente la que sube sus videos para que los otros los vean. O los famosos fotolog’s, en donde los chilenos somos los que más visitamos este tipo de páginas, a nivel mundial. O simplemente blogs, flickr, My Space o sitios wiki, en donde son los usuarios quienes suben la información, que más de alguna vez, todos hemos usado.
Entre todas las ramas que se desprenden de este amplio mundo que nos ofrece la Web 2.0, surge un nuevo tipo de periodismo, que se une a la implantación de las nuevas tecnologías, el llamado ciberperiodismo, que según Ramón Salaverría, “ es la especialidad del periodismo que emplea el ciberespacio para investigar, producir y, sobre todo, difundir contenidos periodísticos”.
Dentro de lo que es el ciberperiodismo, se encuentra el periodismo ciudadano. En el cual, la propia ciudadanía, como lo dice su nombre, es la que informa sobre hechos puntuales de lo que está pasando a su alrededor. Para esto, páginas como los blogs o bitácoras, son muy útiles y gracias a éstas, se difundió este nuevo concepto. Un ejemplo de periodismo ciudadano, es que hace unas semanas atrás, se hizo un concurso de denuncia de los eventos mas espectaculares en las calles de Santiago. Como modo de denuncia, esta actividad dio grandes frutos, ya que gracias a esto el gobierno se puso las pilas con ese tema y se preocupó de repararlos.
El periodismo ciudadano, es de gran ayuda para la sociedad, como fuente de opinión pública generalizada y también como modo de denuncia, a las cosas que, quizás a un periodista se le puedan pasar.
miércoles, 12 de diciembre de 2007
Abre bien los ojos, para las antenas…
Publicado por Felipe Verdugo en 11:18 2 comentarios
Los problemas de los chilenos
Publicado por Felipe Verdugo en 7:53 0 comentarios
El Zoológico del kilómetro cero
De día, se encuentran diversas actividades que nos ofrece el lugar, actividades muy diversas y que no tienen nada en común una con otra. Sin duda, la mayor atracción son los humoristas callejeros, que como los monos del zoológico, saltan de un lado al otro y hacen bobadas para sacar alguna sonrisa, atraen la atención del público haciendo que rodeen su jaula. Se pueden encontrar al medio día, en frente de la Catedral, y no pasan desapercibidos, ya que en todo momento están rodeados por una multitud de gente que estalla en carcajadas cada cierto rato. Dentro de estas rutinas, hay quienes se aprovechan, como los vendedores ambulantes, que se meten entre la gente ofreciendo sus productos, siempre con sus petos que llevan en el pecho la marca de Coca-cola.
A un costado de la calle Merced, se instalan los pintores y retratistas que a eso de las 11:00 horas comienzan a levantar sus puestos de trabajo, para seguir pintando sus cuadros. Otros, se sientan a esperar que alguna persona se acerque y les pidan que los retraten, para luego entregarles la obra de arte por la suma de $4000. Por último hay quienes se sientan a esperar que llegue algún turista, o alguna persona interesada en el arte para poder vender algunas de sus obras. Los precios son variados según el tipo de pintura, el tiempo que demora en pintarse, etc. Se pueden encontrar trabajos desde los $4000 hasta $20.000.
Si se camina en dirección a la calle Estado, se ven a los famosos fotógrafos que, instalados con sus cámaras afirmadas por unos largos trípodes y la infaltable figura del caballo pequeño, esperan que lleguen los padres con sus niños pequeños para subirlos al animal e inmortalizarlos en una fotografía. También, están a la espera de que las parejas de enamorados quieran sacarse alguna foto abrazados, con la imagen de la Catedral como fondo. Don Ignacio lleva 27 años trabajando como fotógrafo en la Plaza de Armas. Ha vivido los dos cambios que ha sufrido la plaza, en los años 1981 y 2000. Y aunque muchas veces ha querido cambiarse de lugar para ejercer su trabajo, hoy se encuentra feliz ahí, porque la seguridad del lugar ha aumentado y con los turistas en estas fechas, el negocio mejora considerablemente, aunque según don Ignacio, “este es un trabajo para sobrevivir, no para vivir dignamente“.
Don Raúl es un hombre que trabaja hace 25 años en este lugar, como lustra botas. Dice que la Plaza de Armas es la gallina de los huevos de oro para este negocio. En el transcurso del día mucha gente pasa por el lugar, por su centralidad y atracciones, hay más posibilidades de que se detengan a que les den brillo a sus zapatos por el precio de $2.000.
Para los escolares rebeldes, que escapan de sus horas de estudio en sus respectivos colegios o liceos, la plaza es un lugar muy atrayente para hacer la cimarra, ya que tienen largas bancas donde poder sentarse a conversar y esperar que las rutinas de humor comiencen, para reírse con estos personajes del lugar y más tarde pasear por el Mall del Centro, para matar el tiempo y luego irse a sus casas.
Para los turistas, el lugar es algo que no puede dejar de ver, según comenta Richard, un austriaco de 27 años, que visita por primera vez Chile. Dice que “no estar en Plaza de Armas, es no estar en Santiago de Chile“. Como para Richard y los tantos turistas que pasan por ahí en de un día, los edificios como la Catedral y la Oficina de Correos de Chile son lugares que tienen que fotografiar, es por eso que se ven tantos extranjeros como sus cámaras en mano, capturando el lugar. Como para éstos los edificios son atrayentes, para los lanzas son atrayentes sus cámaras fotográficas o de video, “es por esto que hay que tener mucho cuidado con las pertenencias, ya que en el lugar son muy frecuentes los robos o lanzazos“, comenta el oficial a cargo de la seguridad de la Plaza de Armas.
En las noches, cambia radicalmente el comercio y la seguridad del lugar. Según comenta “el Toñito”, un mendigo que duerme en los alrededores de la plaza, a eso de las 23:00 horas, se llena de prostitutas y ladrones que hacen que este lugar, tan ameno y acogedor en las mañanas y tardes, se vuelva una especie de “barrio rojo”, casi intransitable para la gente que comúnmente vemos en la Plaza de Armas.
Publicado por Felipe Verdugo en 7:24 0 comentarios
"No me queda otra que vivir en la calle"
Publicado por Felipe Verdugo en 6:54 0 comentarios
Donar sangre es dar vida
Una vez sentado frente a la enfermera, comienza un cuestionario en el cual te hacen una serie de preguntas para ver si eres o no apto para donar sangre, ya que se debe cumplir una serie de requisitos para poder hacer esto. Entre ellos, tener entre 18 y 60 años de edad, pesar sobre 50 kilos, ser sano, es decir no depender de medicamentos para poder vivir, haber ingerido alimentos durante el día, no consumir drogas y alcohol antes de 12 horas de la donación, no tener tatuajes y si se es mujer, no estar embarazada o amamantando. Una vez que se ha pasado por ese trámite, otra enfermera te toma la presión, ya que también es un factor por el cual te puedes ver imposibilitado para donar, para luego pasar al sector de las camillas donde el tecnólogo médico procede a extraerte los aproximadamente 450cc, de sangre. Medida aceptada mundialmente por la Organización Mundial de la Salud (OMS).
Tras haber pasado por estas dos etapas, llega el turno de sentarte en un cómodo sillón de cuero negro, estirar el brazo y disponerte a que extraigan la sangre, que luego se llevará a los laboratorios del Banco de Sangre de la Posta Central, para evaluarla. En el caso de que la sangre de algunos de los pacientes se encuentre contaminada, o éste tenga alguna enfermedad, la unidad se encarga de contactarlo para darle aviso de la situación y para que se tomen las medidas correspondientes. “Es de suma importancia que cuando los pacientes estén respondiendo el cuestionario no omitan información, porque en el caso de que sepan que no están aptos para donar y por vergüenza no dicen que tienen alguna enfermedad, aparte del gasto de tiempo, hay un gasto monetario que se utiliza para la evaluación de la sangre, que se pierde”, señala el doctor Pedro Bavestrello, jefe del Banco de Sangre.
La importancia de ser donante voluntario
En el país, existen tres grandes Bancos de Sangre. Uno en Valparaíso, otro en Concepción y el más grande e importante el de Santiago. La importancia de donar sangre es que una donación de sangre permite ayudar a cuatro personas que la necesitan. También, porque la sangre es el órgano más importante que el ser humano tiene y se puede donar estando vivo. Y por último, porque hoy se puede ser un donante y mañana se puede ser un beneficiario.
El Banco de Sangre de Santiago, es el más importante del país, ya que cuando las reservas de las otras sucursales están con poca sangre, es de éste de donde se manda para reabastecerlos. Es muy poco sabido por los chilenos, que cuando hay un accidente muy grande a nivel mundial, la Organización Mundial de la Salud pide que los Bancos de Sangre más grandes de cada país, manden reservas de sangre para ayudar y tratar a las personas afectadas.
La Posta Central pide como requisito para la internación de algún paciente que al menos dos personas donen sangre para el ingreso de éste. Es en estas circunstancias cuando la mayoría de la gente da sangre. Pero muchas de éstas lo hacen cuando un familiar cercano la necesita. El problema radica cuando llegan pacientes que no tienen familiares, ya que a la Posta Central llegan muchas personas de la calle o del Hogar de Cristo a las cuales hay que practicarles transfusiones de sangre. “Es en estas circunstancias cuando se hace de mucha importancia que la gente done voluntariamente, para así poder reabastecer el Banco y poder ayudar a estas personas que no cuentan con nadie que pueda ayudarlos. El problema es que en Chile no existe la conciencia colectiva de la importancia de la donación voluntaria de sangre, como en los países desarrollados, donde la mayoría de la gente es voluntaria, como en el caso de Estados Unidos”, comenta la señora Rosa Pinto, voluntaria de la Fundación Campanitas.
Fundación Campanitas
En el año 2002, la escuela de Obstetricia de la Universidad Católica de Chile dio un curso de capacitación de donación de sangre para lo cual trajo a médicos especializados en el tema de Estados Unidos. Donde la conciencia de este importante acto está implantada en muchas de las personas. Es aquí, cuando terminado el curso de capacitación, un grupo de amigas decide crear una fundación encargada de promover a la gente para que se haga voluntaria al momento de donar sangre. Y nace la Fundación Campanitas.
Esta Fundación es de suma relevancia a la hora de realizar campañas de donación de sangre, como la que se está haciendo en estos días en la Plaza de Armas, porque son las encargadas de atraer y crear conciencia en la gente de la importancia de aportar en una acción como ésta. Todos los años las podemos encontrar en la Plaza de Armas. En el mes de abril, en la campaña de la Cruz Roja, y en octubre en la campaña de la HUAP.
Publicado por Felipe Verdugo en 6:28 0 comentarios
lunes, 10 de septiembre de 2007
Buscando visa para un sueño
Es bien sabido que en Plaza de Armas hay muchos peruanos, pero existe uno en particular que habla en inglés para pedir algunas monedas para costear su vicio, el alcohol.
Plaza de Armas, medio día. Sentado en una banca, noto que un hombre de ropas descuidadas, zapatos cafés sin lustrar, pantalones sin basta y molidos en sus extremos, una parca azul con verde, una barba descuidada al igual que su pelo, y unas manos que parecían las de un obrero, se acerca a tres escolares que se encuentran tres bancas mas allá de la mía. Sin quitar la vista de aquella situación, veo que este hombre les habla y las chicas se ríen. Tras, mas o menos, tres minutos de conversación, les hace un ademán con la mano, ellas le dan unas monedas y emprende camino en dirección a mí.
Cuando se acercó y me dio la mano, pude sentir un fuerte hedor a alcohol que expelía su cuerpo. En ese minuto, me dice: hello I’m Patricio. Le respondí el saludo y le seguí la corriente. Me pidió unas monedas y le pregunté a que se dedicaba. A lo que respondió, me dedico a drank, mientras me hacía un gesto con la mano tratando de imitar cuando se toma algún tipo de líquido de una botella, siempre con una sonrisa en su cara hablando de su vida, con una emoción que se notaba en el brillo de sus ojos.
Llegó a Chile con la misma idea de todos sus compatriotas residentes acá. Una mejor calidad de vida, un trabajo y un techo donde vivir. Pero lo único que encontró fue una banca, a un costado de la Oficina de Correos de Chile donde poder dormir y una plaza para pedir dinero, para comprarse algún vinito, con el fin de luchar contra el frío y olvidarse de su pasado.
Pronuncia cada letra, vocal y consonante, de las palabras que dice. Trata de hablar en inglés para darle un “plus” a su discurso y así lograr con mayor facilidad conseguir esas monedas preciadas, que más tarde serán bebidas. Pero el verdadero fin del Pato para hablar bien, es cuidar las palabras, porque a estas alturas, son lo único que le queda.
Por sus condiciones de vida en Santiago, perdió todo tipo de contacto con su familia en Perú. Lo último que supo, es que su hija estaba viviendo en Lima y que su hermana estaba en alguna parte de España. Pero eso fue hace tres meses. Desde ese entonces que no sabe de ellos. Supongo que a esto, se debió su respuesta y reacción, cuando le pregunté cómo reaccionó tras el terremoto ocurrido en su tierra. Ya que la permanente sonrisa de su cara desapareció. Bajó la cabeza, echó su cuerpo hacia atrás, como tratando de escaparse del lugar y me dijo: “¿Por qué me quieres hacer llorar? ¿Sabes por qué siempre me río? Para no llorar. No sé nada de mi familia hace tres meses, y temo lo peor porque he tratado de comunicarme con ellos desde el día del terremoto pero no pasa nada”. En ese minuto, metió su mano en el bolsillo trasero de su pantalón, sacó una tarjeta Bip, me dio la mano y diciendo good bye, caminó hacia la esquina de Catedral con Estado, en busca de alguna micro que lo llevase a algún lugar desconocido para mí.
Publicado por Felipe Verdugo en 19:35 0 comentarios
Recuerdo de mi barrio: La villa Olímpica
Creada con el fin de acoger a los mundialistas del año 1962, se levanta a un costado del Estadio Nacional de Chile, la famosa villa Olímpica.
El sector en el cual nací, es sin lugar a dudas el más significativo en mi vida. La villa Olímpica, específicamente Lo Encalada 1263 block 11 departamento 13. Mi barrio, o mejor dicho, manzana, estaba formada por muchos blocks, una plaza detrás de todos éstos, un quiosco y una cancha de fútbol. En el tercer piso de mi edificio vivían mis primos, de mi misma edad, con los cuales salíamos a recorrer el sector y así fuimos conociendo de a poco donde vivíamos. Con el tiempo comenzamos a compartir con otros niños de nuestra edad, y formamos un grupo con el que jugábamos a toda hora.
En invierno el lugar era demasiado frío y poco acogedor, ya que las lluvias provocaban un barro que no dejaba salir a las calles, por lo que se estaba obligado a protegerse en las casas, aburridos y con frío, ya que los departamentos eran bastante húmedos. Debido a los árboles, el invierno era muy oscuro, ya que los poco de sol que había era tapado por las altas ramas, las cuales también servían como protección contra la lluvia que azotaba las caminatas desde el furgón escolar hasta la puerta de la casa.
Cuando llegaba la primavera, todo era más alegre, tanto por el paisaje y porque los niños salían a las calles a jugar, lo que provocaba que el barrio se llenase nuevamente de ruidos, los que hacían revivir luego del crudo invierno. Al lado de mi ventana, recuerdo que había un Damasco, el cual, a mediados de noviembre comenzaba a dar sus frutos por lo que mi pieza estaba siempre con un olor muy particular de esa fruta. Ese olor me acompañó toda mi infancia, hasta los diez años, período en el que me cambié de casa. Otro olor que recuerdo, era el de los veranos. Todas las tardes el jardinero, salía a regar el patio, y mientras nosotros jugábamos, expelía un olor a tierra mojada, que a mí me encantaba, tanto me gustaba que me daban ganas de comerme la tierra. También recuerdo que había un olor no muy agradable, que era cuando cortaban el pasto del parque que estaba detrás de mi edificio. Un olor a pasto recién cortado que hacía que no dieran ganas de salir a jugar o divertirse con los amigos.
En el año 2000, por asuntos de comodidad, me cambio con mi familia al centro de Santiago, para vivir más cerca del colegio.
Publicado por Felipe Verdugo en 13:02 0 comentarios
domingo, 9 de septiembre de 2007
Plaza de Armas en risas
Publicado por Felipe Verdugo en 19:09 0 comentarios